miércoles, 24 de agosto de 2011

Reforma constitucional

Pues sí, por lo visto, si se quiere se puede cambiar la Constitución.
En esta Euskadi nuestra, donde la Constitución Española se ha utilizado siempre como arma arrojadiza. Donde PSE y PP se autodenominan constitucionalistas por defender la inalterabilidad de la carta maga con respecto al derecho a decidir; llama poderosamente la atención que ambos se pongan de acuerdo para modificar la Constitución a dos meses de unas elecciones generales, en pleno mes de agosto y encima, sin referéndum.
Pero lo que es mucho más grave es el objeto de la reforma.
Pregunto: si tanto PP como PSOE están de acuerdo en amputar la capacidad de los gobiernos para hacer política económica, ¿por qué no se presentan juntos a las elecciones?
Limitar el déficit público a través de la Constitución es un error mayúsculo que va radicalmente en contra de lo que debería ser la tendencia de los estados ante los mercados.
La única manera de frenar la especulación es reforzar el papel de los estados, no debilitarlos. Un estado como el español, que ve como se está jugando sin pudor con su deuda soberana, no debería nunca auto limitar su capacidad de gestión económica y sin embargo, van a hacerlo.
De cara al 20-N tanto PSOE como PP se dirán de todo, pero que no se equivoque nadie, o la izquierda refuerza su papel en el Congreso, o el estado de bienestar en España no será más que un recuerdo de algo que pudo ser pero nunca llegó a consolidarse.

martes, 16 de agosto de 2011

La unidad de la izquierda

Desde que milito en política y van ya para tres lustros, la unidad de la izquierda ha sido siempre uno de mis grandes deseos.
Una izquierda fuerte, unida, capaz de construir sociedades diferentes a las actuales y que traslade el eje de la política en Euskadi de lo nacional a lo social.
Sin embargo, mucho me temo que ese deseo tardará mucho en verse cumplido y más, si el debate sólo se plantea en vísperas de una confrontación electoral.
La unidad de la izquierda requiere, para empezar, una voluntad real de sumar, no utilizarla como reclamo electoral en un momento de debilidad ya sea electoral o legal.
Si cuando hablamos de unidad estamos pensando en votos, escaños y subvenciones electorales, nunca será posible tal unidad, ya que al día siguiente de las elecciones cada uno hará caja y si te he visto no me acuerdo. (Ejemplos tenemos varios: PSOE-IU; PNV-EA; EA-EUE; EB-Aralar...)
Particularmente difícil se antoja, por otro lado, esa unidad en una Euskadi como la nuestra, en la que lo nacional ocupa el 90% del debate, mientras que lo social, para muchos, no es más que un pequeño plus.
Sólo así se entienden los ofrecimientos y rechazos de unos y otros o alguna coalición que se pretende conformar de cara a las elecciones generales.
Así se podrán unir los abertzales de un signo y los nacionalistas del otro (para muestra el gobierno PSE-PP), pero que no nos hablen de izquierdas y derechas.
Yo defiendo los derechos nacionales de Euskal Herria, pero si lo que se busca es la confrontación política, exclusivamente en base a la negación de estos derechos, sin atender a las necesidades de una ciudadanía que ve como sus derechos sociales se van recortando por minutos, conmigo que no cuenten.