martes, 13 de septiembre de 2011

La Renta de Garantía de Ingresos

Ayer celebramos la ponencia para la reforma de la Ley que regula la Renta de Garantía de Ingresos (RGI). Las ponencias son grupos de trabajo en el que están presentes todos los grupos políticos del Parlamento, para poder debatir de las distintas enmiendas e intentar llegar a acuerdo.
Ayer, debatir, lo que se dice debatir, debatimos poco, la verdad, el PSE y el PP tenían todo tan cerrado, que el resto, básicamente, nos limitamos a apuntar como iba a quedar la Ley.
Luego, la Consejera Zabaleta, salió a los medios acompañada de Danborenea y Garrido, parlamentarios ambos del PP, básicamente a decir si no mentiras, desde luego medias verdades.
Hay un dato que se recoge poco pero es clave para entender nuestra oposición a esta reforma de la Ley, sólo 3,4 de cada 10 recibe la RGI íntegramente.
El resto son o jubilados/as con pensiones de miseria o gente que trabaja, pero le pagan tan poco que no puede subsistir y reciben complementos.
Pero no, la señora Consejera con sus amigos del PP no dio este dato y quiso dar la impresión de que toda persona que cobra la RGI es una vaga y si no trabaja es porque no quiere (11% de paro en Euskadi, por cierto).
Por no hablar del tema del fraude, si hay quien cobra la RGI y no le corresponde, que se la quiten, pero que no hagamos de una pequeñísima parte un todo.
Ahora, eso sí, para atajar el fraude fiscal hay que buscar el consenso con las Diputaciones. Y va para dos años de búsqueda.
Yo no comparto el modelo de PSE/PP, pero bueno, forma parte de la dialéctica derecha-izquierda. Lo que me parece inadmisible es que mientan, engañen y manipulen a la opinión pública con el único objetivo de ahorrarse algún que otro euro en el Departamento de Asuntos Sociales.
Y espero, que todos aquellos/as que llenan los medios digitales con comentarios de júbilo por la reforma, no se vean nunca en la necesidad de tener que solicitar la RGI para poder subsistir, porque muy probablemente, gracias a ellos/as habrá desparecido.

3 comentarios:

  1. Trabajo como subcontratado en el Servicio Social de Base del Ayto. de Vitoria-Gasteiz y suscribo todo lo que dice este texto.

    A nadie se le regala el dinero así como así. ¿Qué hay fraude? Es cierto, pero en un bajísimo porcentaje.

    A mucha, pero muchísima gente en Euskadi se le está acabando el paro y ha de pedir la prestación por desempleo debido a que ha agotado el paro y la familia no tiene ingresos (a mucha gente de más de 40 años le está resultando imposible encontrar trabajo y, de los/as jóvenes, ni hablo). Junto con los/as ancianos/as, son los principales receptores de ayudas.

    Si los/as trabajadores/as apoyamos esto, nos estamos tirando piedras contra nuestro propio tejado.

    Y lo peor está por venir.

    Txema.

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  2. me parece muy bien todo lo que has dicho sobre el RGI ESTOS BURGUESES DEL PPSOE HACEN RECORTES donde a ellos no les supone ningun problema ni siquiera para las elecciones.
    el asunto de la fusion de las cajas hay algo que no entiendo segun tu me parece que es la entrada de lo privado y bancos con todas sus consecuencias pero segun dicen los de BILDU nos alejamos de las privatizaciones.

    salud y republica ya !
    manuel baena antolin

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  3. Hasta Gorka Urtarán, Concejal del PNV en Gasteiz, reconoce que se ganaría mucho más persiguiendo el fraude fiscal, en vez de hacer tanto populismo con el tema del fraude a las ayudas sociales. Ese es el enlace a un artículo suyoen el diario de noticias de Alava del pasado domingo: http://www.iristen.net/vercontenido.asp?conid=17509&tipconid=212& Le escribí el comentario siguiente: "El fraude fiscal es el que tienen que perseguir." Y ésa fue su respuesta, fijáros:
    "Desde luego Helene. Hay que perseguir todo tipo de fraude, el fiscal y el "social". No obstante, no cabe duda que el primero es mucho más considerable. Fíjate, con el fraude fiscal detectado (no el real) pagamos todas las prestaciones sociales de Araba ( no solo Gasteiz) y nos sobra unos millones (de €)."
    Ha hablado un burgués del PNV, eso sí con poca experiencia en política y, todavía, con buenas intenciones, esperemos que siga así.

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