Pleno

El viernes vivimos un día cuando menos, intenso, en el Parlamento.
Empezamos la mañana con la Junta de Portavoces. Por lo visto, por regla general, antes de los plenos se convoca la Junta de Portavoces para decidir el orden del día del pleno siguiente. Esto es en teoría, porque en la práctica viene fijado por la mesa, que se reúne antes.
Normalmente, las Juntas de Portavoces, no duran casi nada, como ya he dicho casi todo viene decidido por la mesa, así que, básicamente, nos sentamos allí los que no somos de la mesa (EA, EB, UPyD y Aralar)a darnos por enterados de las decisiones tomadas. Pero la Junta del viernes fue algo más movidita. En primer lugar por el orden del día del pleno del 18 que incluye el nombramiento del nuevo director de EITB, Alberto Surio, pero de eso ya hablaré a lo largo de la semana, y en segundo lugar, por la falta de atención a los mínimos protocolos por parte de la Presidenta del Parlamento.
El caso es que esa mañana nos desayunamos todos con la noticia de que la Sra. Quiroga, en su condición de Presidenta, iba a proponer a la Junta de Portavoces una declaración institucional de solidaridad con la Ertzaintza. Nadie duda de que la Presidenta tiene la competencia para proponer declaraciones a la Junta, y además, nadie tenía problemas con el fondo de la cuestión, lo que sentó algo peor fue que nos enteráramos por la prensa. Hubo incluso, quien en la propia Junta le afeó su actitud a la Presidenta. Es más, si leísteis los periódicos el sábado, veríais que finalmente no se aprobó.
La declaración a la que había que darle el OK nos la pasaron en el Pleno, yo trasmití a la Presidenta mi visto bueno, pero por lo visto, alguien decidió no hacerlo. Vamos que no salió. Cosas que pasan.
Una vez finalizada la Junta empezó el pleno; de Garoña y las normas fiscales poco más que decir además de lo que apareció en los periódicos, pero lo que fue de traca fueron los tres primeros puntos del orden del día, al menos para los novatillos del grupo mixto.
Aquello empezó con una velocidad endiablada, “dictamen de la comisión de incompatibilidades”, decía la Presidenta, “a votar!” Y allí que se encienden las luces del panel, y en el mixto nos mirábamos unos a otros intentando entender el sistema de votación electrónica. Creo que yo voté todas las veces, pero no puedo decir lo mismo de EA y de UPyD, y eso que ganas de votar tenían, eh.
En fin, que pasado el apurillo inicial y las votaciones de los senadores/as, (esta era en urna, y de eso ya habíamos gastado con el Lehendakari y la mesa y lo hicimos bien), me llamó poderosamente la atención cómo marcaban el sentido del voto los portavoces de los grupos grandes a sus parlamentarios/as.
Que vale, que se haga en el congreso con 350 que entran y salen o en el parlamento europeo, bien, pero que en un Parlamento de 75, algún parlamentario no sepa que votar hasta que se lo diga el portavoz, la verdad, me llama la atención, pero en fin ellos sabrán.
Para acabar un eslogan, que no por viejo está pasado: Nuklearrik ez, eskerrik asko.