Cuando Gandhi atrapó un puñado de sal dando fin a la "Marcha de la Sal" cometió una ilegalidad, es más, pasó meses en la cárcel por cometerla, pero la reacción entonces -al menos así ha trascendido a través de la historia- no fue si el acto en sí era legítimo o no lo era, sino si su reivindicación era justa o no.
Eso debía haber ocurrido en España tras la acción del SAT en dos supermercados andaluces, pero no, la derecha y los medios de comunicación han sabido minimizar el impacto de la denuncia para centrarse en el hecho en sí mismo, vaciando así prácticamente de contenido el acto simbólico y convirtiéndolo en un debate sobre la legalidad o ilegalidad del mismo, cuando no en un debate sobre la figura de Juan Manuel Sánchez Gordillo.
Que los medios y la derecha hayan querido hacerlo forma parte del guión, pero que sectores de la izquierda-tanto para defender el acto como para censurarlo-hayan entrado a ese juego, me parece un auténtico error.
El debate tras la acción del SAT no debería haber sido si era un robo, un hurto o una sustraccion, para eso ya están los tribunales, sino si las autoridades públicas están cumpliendo con su labor de redistribución de la riqueza y atención de los más débiles o por el contrario están dejando miles de familias desamparadas.
Sin embargo, hoy nadie habla sobre si la propiedad privada está o no por encima de cualquier otro derecho(como afirmaban en alguna cadena de la ultraderecha)o si se está desmoronando el estado de bienestar, hoy el debate es si Sánchez Gordillo mantiene su condición de aforado o no lo hace.
Independientemente de la opinión que cada cual pueda tener en torno a la sustracción de los carros de comida y sus consecuencias, lo que está claro es que nos han vuelto a ganar la batalla y todavía no nos hemos enterado.
Cuando el medio se convierte en el fin, el fin deja de existir y lo que quiso ser deja de serlo para acabar no siendo nada.
Totalmente de acuerdo. Las autoridades públicas deberían reflexionar acerca de qué mueve a la gente a realizar esos actos. Nadie hace una huelga o va a una manifestación porque se aburra en casa y no tenga otra cosa que hacer. El que revindica y lucha es porque siente que a él o al prójimo se le ha tratado de forma injusta en algún hecho. Si esa gente a salido a la calle y, como protesta, a realizado esos actos en supermercados, no es por hobby, sino porque hay gente en este país que está pasando hambre. Hay muchas casas que no tienen ningún tipo de ingresos desde hace meses.
ResponderEliminarEso es lo que debería "remover" en la conciencia al gobernanate (si la tiene, que Rajoy, no creo).
En realidad no es tan extraño que lo que importe sea lo mediático la imagen de varias personas actuando contra la propiedad privada. Lo que es muy preocupante es que para llamar la atención de que en el estado hay familias que no tienen medios para alimentar a sus hijos, que vivan de la caridad haya que recurrir a estas llamadas de atención. La mayor parte de la gente con la que he hablado no defiende estas actuaciones, pero constatan a través de estos gestos que hay familias que acuestan a sus hijos sin cenar, que viven de Cáritas y que a las instituciones parece no importarles tanto sufrimiento. Convertir a los países del sur de europa en zonas económicas especiales es tener mano de obra barata sin derechos y que todos nos movamos por un mendrugo de pan. La movilización social es imprescindible, miremos a Grecia, exprimida hasta la última gota y a sacarles del euro. Lo mismo preveen para España.¡Que no les salga gratis!
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