La reunión

Las últimas dos o tres semanas, hemos asistido en Euskadi a un espectáculo mediatico-político, digno de una telenovela.
Arrancamos hace unas semanas con la cantinela de si el Lehendakari y Urkullu se habían reunido y hablaban por teléfono o no.
Urkullu dijo que no, el Lehendakari que no pero que lo iba a arreglar y a partir de ahí varios titulares fueron especulando con la fecha de una reunión entre ambos.
Al final a la reunión se le puso fecha, va a ser el viernes.
Pero claro, había que caldear el ambiente, no vaya a ser una reunión sin más.
Y para caldear en el PSE está Jose Antonio Pastor.
Que si quién dirige el PNV, que si las gallinas y los huevos, en fín toda una serie de excesos verbales oportunamente replicados por el otro gran caldeador, en este caso del PNV, José Luis Bilbao.
El último follón, la detención de un comando de ETA a manos de la Ertzaintza. Que si ahora la ertzaintza hace y antes no, que sí a mi no me lo dices en la calle y necesito una excusa, que pim que pam (como diría el Jonan de Baraka).
La pregunta lógicamente es, ¿cuál puede ser el objetivo de todo este rifi-rafe?
Pues ni más ni menos que impulsar el liderazgo de López por un lado y de Urkullu por otro.
Si el ambiente está súper caliente y ambos salen de la reunión templando gaitas y diciendo que ahora las relaciones entre ambos partidos están ya bien y que todo por el país, ambos se erigen en mandatarios de nivel sobre las bajezas de otros, ni más ni menos.
Porque aunque, últimamente, parezca que el PSE y el PNV llevan sin hablar desde el 1 de marzo, hay que recordar que el PNV ha aprobado los presupuestos de Zapatero en Madrid, se ha abstenido en los de López, y que el PSE a su vez, se ha abstenido en los presupuestos de las Juntas Generales.
Todo ello sumado a un acuerdo sobre fiscalidad entre PNV y PSE.
Conclusión, mucho ruido y poca nuez, porque a la hora de la verdad, cuando hablamos de dineros, ambos defienden lo mismo, pero les parece feo confesarlo.